Hola lagartitos, esta semana os vengo a hablar sobre mujeres que han sido olvidadas a lo largo de la historia y creo que esta frase es perfecta para lo que os voy a contar.
La poca presencia de la mujer en los ámbitos literarios puede comprobarse a través de los galardones. El premio literario internacional más conocido es el Nobel de Literatura. Desde su creación en 1901 hasta el 2017 han premiado a 14 mujeres frente a 100 hombres. Por otra parte el reconocimiento más importante de la lengua castellana, el Premio Cervantes, tan sólo ha sido galardonado a 4 mujeres frente a 38 hombres desde 1976.
Históricamente, una mujer no podía superar intelectualmente a un hombre. Otra dificultad a la hora de publicar sus obras, por eso el uso de seudónimos masculinos para ocultar su identidad. Entre ellas podemos encontrar:
Emily Brönte la autora de Cumbres Borrascosas
La autora de Mujercitas cambió su nombre, Luisa May Alcott, por A.M. Barnard
Los seudónimos llegan incluso al siglo XX con una de las autoras más famosas gracias a su saga de novelas Harry Potter, J.K. Rowling, quien ocultó su nombre femenino, Joanne, por sus siglas. También llegó a utilizar el nombre de Robert Galbraith.
También hay sospechas de hombres que se apropiaron de los contenidos creativos de sus mujeres. Ha sido muy discutido el papel de Zelda Fitzgerald en la obra de su esposo y autor El Gran Gatsby, F. Scott Fitzgerald.
Después de que se publicara su biografía algunos académicos comenzaron a revisar su obra y su posible implicación en los libros de su esposo. Sobre todo gracias a la obra qeu publicó en solitario Save Me the Waltz, que estaba basada en la vida del matrimonio y que puso furioso a Scott, quien aseguraba que incluía material que él pesaba utilizar para otro título. Después de obligarla a eliminar estos elementos, la obra que escribió Zelda en tan sólo dos meses dio que pensar sobre su influencia en el autor.
Ese "algo propio" que las mujeres no podían lograr si no tenían una independencia y solvencia económica, tiempo y espacio propio que les permitiera escribir. Y así lo resumiría Virginia Woolf en dos citas de Una Habitación Propia: " Uno no puede pensar bien, amar bien, dormir bien, si no ha comido bien" y " Una mujer debe tener dinero y una habitación propia si desea escribir".
Pese a las dificultades vividas a lo largo de la historia, las mujeres que han logrado notoriedad en el ámbito literario lo han hecho con grandes obras.
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